VITACINEMA

Si la vida imitara al cine

domingo, 27 de julio de 2008

Secreto tras la puerta
















'Secret beyond the door' es una de esas películas que recuerdas a retazos cuando intentas rememorarlas pero que sabes que esos trozos son partes impactantes de un total que te ha sorprendido agradablemente.
La película está dirigida por Fritz Lang y cuando la ves te trae a la memoria otras películas misteriosas y enigmáticas como 'Rebeca', 'Jane Eyre' (la interpretada por Joan Fontaine y Orson Welles), Sospecha, o la historia de Barba azul y sus siete esposas. Incluso me atrevería a hablar de 'el gabinete del doctor Caligari'.
'Secreto tras la puerta' cuenta la historia de Celia (Joan Bennett), una joven neoyorquina, soltera y acaudalada que lleva una vida de despreocupación e insulsa y que ninguno de sus múltiples pretendientes consigue enamorar. En un viaje a Mexico conoce a un misterioso arquitecto (Michael Redgrave) del que se enamora y en cinco días se casa con él. La película comienza justo en ese momento en que la hermosa Joan Bennett está de pie justo antes de acercarse al altar y acaba de darse cuenta de que se casa con un desconocido. Un flash-back nos cuenta como han llegado hasta ahí.



Cuando regresan de la dulce estancia en Mexico, tanto la casa de él, como los habitantes que viven en ella, como el cambio sucedido en su marido empiezan a crear una trama de sospechas y miedo en la protagonista que se va sorprendiendo más y más cada día que pasa junto a Mark.

El filme es todo un duelo de protagonistas que seduce con la hermosura de Bennet, luciendo toda una serie de trajes preciosos y la morbosidad y seducción de Redgrave (actor que tanto me recuerda a mi amigo S., novio de mi mejor amiga).
El resto hay que verlo pues te va sorprendiendo paso a paso y te embarca en una de esas películas de los años 40 y 50 que te han hecho amar el cine como un maravilloso milagro.

La peli no es una obra maestra pero sin duda es de las más desconocidas de Lang y creo que se merece un buen visionado, en casa, tranquilos y disfrutando de otras épocas, otro cine, otra forma de entender el entretenimiento, y por añadidura la vida. Otra hermosa forma de disfrutar de la vida. Sí, es una película para un día positivo, para terminar un domingo perfecto.


sábado, 26 de julio de 2008

La pasión de Camille Claudel

Esta noche he visto 'la pasión de Camille Claudel' de Bruno Nuytten. Hace años que la ví, creo que muchos . Tantos que había olvidado lo terrible que es. A muchos puede parecerles una historia de una mujer enloquecida y atrapada por su época pero la historia de esta escultora es mucho más que eso.

Camille está interpretada por Isabelle Adjani con la que guarda un parecido físico asombroso y a la que le da vida como si se hubiera metido en su piel.

La historia de Camille es la de la incomprensión del arte, de lo diferente, de la soledad que sufren los que están dominados por pasiones que se alejan de los ritos sociales y aceptados.
Si Camille hubiese sido una mujercita discreta de su época ( no importa si mejor o peor escultora) tal vez hubiese triunfado, o al menos hubiese sido aceptada por la terrible sociedad de entonces y de siempre. Pero Camille escogió el camino difícil y todos, excepto su padre, la olvidaron.
No me importa contar la película, destrozar el guión. No aconsejo que la veaís, es lenta, triste, agobiante y terrible pero sólo por ver la pasión que desprende esa hermosa actriz en el papel de la escultora merece la pena verla.
Se comprende ese espíritu romántico puro, retador y difícil de tragar por los estamentos de siempre: familia, poder y sociedad.
Y el amor, la ausencia de amor, la falta de compromisos. Debía ser difícil corresponder a alguien como ella. Debía brillar tanto que tal vez cegaba a los demás. Si, debía ser eso por lo que la encerraron durante 30 años en un manicomio en vez de ayudarla.

Me he sentido triste y he pensado en cuantas mujeres han sido silenciadas por ser simplemente inteligentes, demasiado inteligentes. Solo si eran viles y miserables podían sobrevivir a un mundo diseñado por y para los hombres.
Me gustaría pensar que las cosas han cambiado, que las mujeres son libres de hacer, pensar o creer pero ¿no estamos olvidando nuestras pasiones para querer vivir las de los hombres?. ¿No aspiramos, en realidad a convertirnos en ellos abandonando nuestro propio mundo por trabajos que nos mantienen fuera de casa, de nuestros hijos, de nuestros maridos, para ser consideradas unas mujeres triunfadoras?. ¿Triunfadoras en qué?¿en darle la vuelta al reloj?.
Despreciamos nosotras mismas a otras mujeres que han decidido criar a sus hijos y vivir menos confortablemente pero en paz y las miramos por encima del hombro como si nosotras hubiesemos conseguido algo que no fuera vernos atrapadas en un mundo que sigue siendo de los hombres.

Camille vivió hace muchos años, cuando nuestras abuelas no habían nacido y las mujeres eran seres inferiores de la escala social. Una rebelde como ella merece un respeto, una dedicatoria, un aplauso, un pequeño recordatorio.
Nunca he podido ver una escultura de esta hermosa mujer y lo lamento. Tal vez algún día pueda rozar alguno de sus mármoles y sienta su pasión dolorosa y desesperada en la fría piedra.

lunes, 21 de julio de 2008

Hola a todos

Hola amigos, me avergüenza un poco haberme ido así, sin despedirme, pero la verdad es que no pensé que nadie se diera mucha cuenta y podría escaparme de puntillas.
Fue una decisión mía. Descubrí el botón eliminador gracias a "un vaina" que hay por ahí y, que mira por donde, ha servido para algo. Desde luego algo negativo, destruir.
Como volví ayer de una escapada y ví espiando por los blog amigos que me echabaís de menos pues decidí sorprenderos en plan Harry Houdini, y aparecer como si tal cosa. Eso si, cansadísima, que he estado metida en un baúl, en el fondo de un helado río.
Espero que no os enfadeís mucho porque vuelva asi, tal como me fuí, pero es que tengo debilidad por la magia, la auténtica, la que dicen poseía Houdini. Y como yo no me manejo bien haciendo desaparecer cartas o sacando conejos de mi chistera he decidido aparecer yo de la nada.
Sobre todo porque me habeís conmovido mis pequeños, pocos y maravillosos amigos.