VITACINEMA

Si la vida imitara al cine

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Mi tío



Ayer murió mi tío M. tras una larga enfermedad. Decidí entrar a despedirme del cadáver y lo vi como dormido, indefenso, como un ángel abatido por un disparo. Le acaricié la cara huesuda, hermosa, fría que tanto me recordaba a mi madre y le dí un beso en la frente de despedida mientras le prometía no olvidarle.

Es extraño, aunque estaba evidentemente muerto aún no me hago a la idea de pensar en él como en alguien que se va de nuestras vidas. Pienso en él cuando yo era pequeña y me iba de vacaciones con mi tía, mis primos y él. Muchas veces pensaban que yo era hija suya de un primer matrimonio por nuestro parecido. Era alto, guapo, risueño, con un bigote de galán de cine que le quedaba muy bien y unos bonitos ojos verdosos. Podría ser un actor italiano, o francés con ese pelo de Delon y sus finas manos de Mastroianni pero en realidad era químico.

Era un hombre inteligente, de fuerte carácter que amaba profundamente la vida.
Mis primos dejaron de oír su voz ligeramente ronca y melódica a la vez. Siempre bromista y que se atascaba algo cuando empezaba a hablar pero enseguida corregía. Se ha llevado años olvidando su sentido del humor, el cariño hacia su familia, sus gustos y aficiones, sus sueños, su pasado, su vida entera. Hasta que olvidó respirar y una pequeña gripe acabó con su escasa resistencia a vivir.

Le veo y me veo sentada, mirándole con esos ojos grandes de niña que quiere observar todo como si el mundo mismo pudiese atraparse en una mirada. Es joven, es feliz, está vivo y apenas se da cuenta de que le miro, le admiro, le quiero. Se me cae la baba mientras bromea y cuenta anécdotas de sus viajes al extranjero y aún conservo la emoción de su llegada.
Siempre traía juguetes increíbles. Aun recuerdo la pizarra mágica o aquel perro que andaba. Mi madre lo colocaba todo encima del armario para que durase miles de años. Aún deben estar por mi casa, en alguna caja olvidada.

No entiendo ese sentido práctico de la muerte. No creo en la gente que dice que tenemos que resignarnos y seguir viviendo. Seguimos porque es lo que hay y no nos resignamos, nos aguantamos simplemente. Y que se metan su salvación y su buen rollo donde les quepa yo me conformo con vencer a la muerte, con mis recuerdos. Pero a pesar de todo duele, duele mucho, como un puñal de fuego en la garganta.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Homicide


Aquella tarde, antes de irme, puse a grabar una película que la programación del periódico consideraba buena. Le dí a REC y comenzó. Decidí ver el principio y acabé olvidando mis planes y la vi entera, sin pestañear.
Cuando me fui estaba extasiada y conmovida, lo que debe conseguir una buena película y ya apenas consigue producírmelo ninguna.
Cuando vi a mis amigos les dije lo flipada que me encontraba con aquel filme que acababa de ver y entonces él me dijo: "Homicidio..., claro... es que es de David Mamet".

Yo no sabía nada de Mamet y aquella noche y muchas otras aprendí que es un maestro de la intriga, un guionista fantástico que ha hecho auténticas maravillas como 'American Buffalo', 'Casa de juegos', 'Glengarry Glen Ross', 'La trama' y 'Homicidio' entre otras.
'Homicidio'
habla de la sección 203 Homicide de una comisaria donde trabajan dos amigos. Uno es interpretado por Joe Mantegna y el otro por William H. Macy. Como en toda buena historia, los pequeños detalles desencadenan una serie de sucesos que irán arrastrando a los protagonistas al final de todo su mundo estudiado al milímetro.
A Bob (Joe Mantegna) se le rompe la funda de la pistola y ese hecho y el de ser judío le llevará a verse envuelto en un caso que no era suyo y a dejar a su compañero solo en el gran caso que iban a resolver.

"Bob, yo soy tu familia" le dice su compañero medio en broma, medio en serio, y esa declaración de lealtad que Bob traiciona movido por unos prejuicios y un grupo que sabrá acercarlo a su bando. Y Bob olvida su deber.
Esta película es una red de personajes y actores que volveremos a ver en muchas de las obras de Mamet y, sobre todo ,es una encrucijada de sentimientos y sucesos que nos irá arrastrando, como al mismo Bob, hacia un final incierto.
Así mismo me pasó a mi pero reconozco que el conocer esta película y a David Mamet me llevó a conocer a una de las personas mas importantes de mi vida.

martes, 11 de noviembre de 2008

Muerte entre las flores

Anoche la volví a encontrar. Cambiando tontamente con el mando a distancia y volvió a seducirme. Y es que si hay algo de lo que son capaces Joel y Ethan Coen, es que su trabajo, él de ambos, esté tan compenetrado que surjan maravillas cinematográficas como esta película.




'Miller's crossing' es mucho mas que cine de gangsters. Es una de esas películas por la que no pasa el tiempo. Con un vestuario impecable, una fotografía única y un grupo de actores tan bien escogidos para sus personajes que parecen creados para ellos. La ambientación es perfecta y la historia solo es una mera excusa para enseñarnos como las personas aman, sufren y odian en cualquier época, lugar o cirscunstancia.
Luego está, como en toda buena película que evoque al cine negro, unos mafiosos ( Albert Finney y Jon Polito); un alcalde y un jefe de policia corruptos (Richard Woods y Thomas Toner); un judío tramposo (John Turturro) y unos cuantos matones que representan a todos los personajes que cabe esperar. Y por supuesto una historia de amor (Gabriel Byrne y Marcia Gay Harden).




A pesar de todos estos adecuados elementos, nada es previsible, cansino o repetitivo en este filme. Se puede ver 1 o mil veces y siempre te emociona ver al irlandés Leo O'Bannon, disparando una ametralladora, mientras suena 'Danny Boy'.
La historia es mejor verla, disfrutarla, visionarla. Las palabras no hacen mérito.
Me gusta encontrarme de vez en cuando esta peli, mientras cambio con el mando a distancia y entre tanta mediocridad me paro a disfrutar de una obra maestra.